Esta es una historia que desafía las expectativas y celebra la audacia de seguir nuestros sueños, por muy inusuales que estos parezcan.
La protagonista es Tina, una curiosa vaca que no se conforma con la rutina diaria del pastoreo y las actividades típicas de una vaca. A diferencia de sus hermanas, Tina tiene una insaciable curiosidad y un espíritu aventurero. Un día, decide embarcarse en una aventura y subirse a un árbol, algo completamente inesperado para una vaca.
Las reacciones de sus hermanas y de otros animales de la granja reflejan el asombro y la incredulidad que a menudo enfrentan aquellos que se atreven a pensar y actuar fuera de lo establecido.
Pero Tina, lejos de desanimarse, demuestra que con determinación, valentía y una mente abierta, es posible alcanzar alturas inimaginables.
Las ilustraciones de Merino son esenciales para la narrativa, presentando escenarios ricos en detalles y expresiones que capturan a la perfección la esencia de cada personaje.
«La vaca que se subió a un árbol» es, en esencia, un canto a la individualidad, a la importancia de seguir nuestros instintos y pasiones, y a no dejarnos limitar por las expectativas de los demás.
A través de la simpática figura de Tina, los niños (¡y también los adultos!) se ven inspirados a perseguir sus sueños y a creer en lo aparentemente imposible.
